Mitos de traducciones

Mitos de las traducciones.

 En cada segmento de mercado se crean distintos mitos y leyendas. Por ejemplo, cuando un promotor declara que su urbanización está a 20 minutos en coche de Madrid y se sabe con certeza que no es verdad. O cuando se asegura que se puede adelgazar comiendo dulces sin control y viendo TV tumbado en un sofá. O aprender un idioma en 10 días. Todos sabemos que éstas son simples herramientas de marketing. Lo mismo pasa con las agencias de traducciones; éstas también crean ganchos y anzuelos que lanzan en espera de captar nuevos clientes.

Mito: “Traducimos a / de todos los idiomas del mundo”.

Hay muchos anuncios de este tipo: “Traducimos a todos los idiomas del mundo”. Podría ser, ¿por qué no? ¿Pero alguien puede imaginar la calidad de estas traducciones? ¿Quien leerá, revisará y evaluará una traducción de un idioma poco común? ¿Cuál es el secreto de estas agencias? Muy fácil, simplemente basta con encontrar a alguien en internet que declare que conoce este idioma y tiene capacidades como traductor. Esto puede ser verdadero, pero ¿cómo se puede verificar? ¿Cree usted que la traducción será igual de buena si se trata de un texto comercial, técnico, médico o jurídico, o si trata de temas alimentarios, agriculturales, militares, veterinarios, etc?

Mito: “Traducimos textos de cualquier tema”.

Las agencias deben impulsar su negocio y cogen cualquier trabajo que se les encarga, pero el resultado es previsible. Hay temas en los que la traducción se considera de calidad si ha sido previamente revisada por un especialista en la materia, de los cuales no hay muchos en el mundo. No deja de ser sorprendente que una agencia sin ninguna posibilidad de apoyo profesional especializado hace este tipo de declaraciones.

Mito: «Una traducción urgente sin pérdida de calidad”.

Algunas agencias de traducciones declaran que son capaces de traducir centenares de páginas al día con alta calidad de traducción. También añaden normalmente que “de y a cualquier idioma”. Es decir, que podrían traducir un texto de 100 páginas del vietnamita al georgiano sobre piezas de recambio de maquinaria agraria. Da igual el tema, o el formato del documento o cualquier otro factor: pueden traducir cualquier cosa. A la gente no especializada (la mayor parte de los clientes) esto les provoca respeto; a los especialistas les produce una sonrisa irónica.

 Mito: «Traductor nativo y que, como consecuencia, puede traducir todo”.

Algunas agencias de traducciones manifiestan como muestra de su fuerza que sus traductores son “nativos”. Esto está muy bien, pero ¿alquien puede comprobar quienes son y si realmente están cualificados para traducir cualquier cosa? La traducción es un servicio intelectual, además de requerir un muy buen conocimiento del idiomas origen y destino (ser nativo es imprescindible en mayoría de los casos para los textos comunes). Si se trata de textos específicos (técnicos o de cualquier otra índole), ante todo hay que ser un especialista con experiencia en la materia, aparte de conocer los dos idiomas. Aquí un traductor simplemente “nativo” no vale, ya que probablemente no entiende ni lo que está escrito en el documento origen ni sabe cómo traducirlo a su propio idioma en el lenguaje específico de la materia.

 Mito: «Utilizamos programas especiales de traducción que ayudan a aumentar la velocidad de traducción y acondicionan la terminología utilizada. Calidad profesional”.

 Aplicado al idioma ruso, este es otro gran bulo. Estos programas son en realidad bases de datos de palabras y frases hechas ya traducidas anteriormente e introducidas en ellas que se completan y aumentan de proyecto a proyecto para documentos similares (manuales de usuario, manuales de mantenimiento, catálogos de productos parecidos, etc.). Este tipo de herramientas funcionan a la hora de traducir textos parecidos, repetitivos o múltiples y son más eficientes para idiomas algo más simples (inglés – español; francés – español; alemán – español).

 Mito: «Todos los trabajos son revisados por nuestro grupo de redactores”.

Esto no siempre es un engaño, pero se convierte en ello cuando se declara también que:

  • Traducimos a todos los idiomas del mundo
  • Traducimos textos independientemente del tema y formato del documento.
  • Precios “competitivos”.
  • Plazo de entrega – “rápido”.

 Mito: «Traducciones baratas y de gran calidad”.

Esto simplemente no es cierto: cada profesional tiene sus tarifas y los mejores no son precisamente los más baratos, aunque la relación calidad-precio de sus servicios será la más competitiva.

 Un buen traductor:

  • posee un elevado nivel cultural
  • domina un vocabulario muy desarrollado
  • sabe trabajar con el ordenador en varios idiomas
  • con diferentes programas y aplicaciones
  • con diccionarios tradicionales y virtuale
  • conoce numerosas fuentes y páginas de referencia en internet
  • participa en foros de traductores
  • sabe navegar sin dificultad en websites de los países origen y destino del documento a traducir
  • posee un alto nivel de mecanografía en ambos idiomas (y con sus respectivos teclados)
  • dispone de tiempo para realizar el trabajo
  • tiene internet de banda ancha
  • siempre está disponible por teléfono y correo electrónico
  • utiliza programas de correcciones ortográficas que funcionan en varios formatos de documentos
  • y muchos atributos más

 Un redactor:

  • normalmente, es otro traductor con las mismas características y el mismo nivel idiomático que la persona que ha realizado la traducción y, en consecuencia, con las mismas tarifas que ésta, pero que recibe un importe menor, pues ha dedicado menos tiempo y esfuerzo para el trabajo.

 Una agencia es un administrador que:

  • negocia el mejor precio con el cliente (cuanto más caro, mejor)
  • negocia el mejor precio con el traductor (cuanto más barato, mejor)
  • si el cliente es importante y si existe la posibilidad de revisarlo, contrata a alguien para que lea el texto (casos excepcionales).

 En cualquier profesión, ningún trabajo bien realizado puede ser barato si ha sido elaborado por un profesional altamente cualificado precisamente por eso, por que son profesionales especializados en su campo de actividad.

Realmente, el gran problema de cualquier agencia de traducción (y es una paradoja) es encontrar buenos traductores. La cuestión es que éstos deben ser muy buenos. Mejores. De confianza.

 Con toda probabilidad, en la profesión de traductor más que en cualquier otra, el factor fundamental es la CONFIANZA.

 

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