Si soy traductor… ¿También soy interprete?

En realidad son dos profesiones diferentes que requieren cualidades muy específicas. Las dos comparten el mismo objetivo: superar las barreras lingüísticas, pero existe una clara diferencia entre lo que es traducción y lo que es interpretación. Y esta diferencia requiere diferentes características de la persona que realiza cada una de estas actividades.

La traducción consiste en la transferencia del contenido de un texto escrito de un idioma a otro, mientras que la interpretación es el traspaso de un mensaje oral escuchado en un idioma y retransmitido verbalmente en otro prácticamente en el mismo instante.

Traducción puede ser de muy diferentes tipos, tales como la traducción técnica, económico-financiera, jurídica, audiovisual, oficial, literaria, poética y muchos más. El traductor reproduce por escrito en el idioma de destino el contenido de un texto escrito en el idioma de origen. Normalmente es un trabajo de despacho, sin presión (brutal) de tiempo, con todos los recursos necesarios disponibles. Durante este proceso, el traductor tiene la responsabilidad de investigar la terminología específica y encontrar equivalencias adecuadas para garantizar que el texto traducido le sea fiel a su versión original y que cumpla la función que le corresponde. El texto tiene que ser leído, corregido, de fácil lectura, escrito en palabras y expresiones adecuadas al contexto. El traductor tiene que prestar máxima atención a detalles y matices.

Por su lado, la interpretación contiene otros tipos diferentes a las relacionadas con la traducción. El tipo de interpretación más común es la interpretación de conferencias, ruedas de prensa, reuniones de trabajo, juzgados, en todo tipo de eventos, y la propia interpretación puede ser simultánea o consecutiva. El intérprete escucha la voz de su interlocutor en el idioma de origen y reproduce en el acto el mensaje en el idioma de destino para que el público receptor pueda entenderlo.

Merece la pena además señalar que en la interpretación simultánea el intérprete trabaja normalmente en una cabina, al mismo tiempo que el orador habla y sin que este interrumpa su discurso.; mientras que en la interpretación consecutiva el orador va intercalando pausas regulares para que el intérprete intervenga de vez en cuando.

La traducción y la interpretación son oficios que requieren habilidades diferentes

Si bien es cierto que tanto traductores como intérpretes trabajan a diario con los idiomas y que su función básica es la de transmitir información por medio de un idioma de destino, lo cierto es que estas son dos profesiones distintas que requieren habilidades muy especificas.

Lo más importante con lo que debe contar un traductor es la habilidad de leer muy bien y detalladamente en la lengua de origen y tener habilidades de escritura impecables en la lengua de destino. El trabajo fundamental de un traductor consiste en escribir, de manera que también hay que tener la capacidad de mecanografiar, corregir, revisar y editar textos. Estar familiarizado con numerosos programas de edición de textos. El traductor debe tener además una cierta ‘intuición lingüística’ para resolver dudas y tomar decisiones sobre la terminología que genere dificultades. Asimismo, debe ser consciente del público receptor y sus características socioculturales para que sus traducciones sean bien recibidas y entendidas sin dificultad. Por último, el traductor debe poseer habilidades informáticas básicas para utilizar numerosos recursos de traducción disponibles en Internet (diccionarios de todo tipo de un sector de actividades concreto, glosarios, etc.).

Por su parte, el trabajo de un intérprete requiere una serie de habilidades distintas a las que requiere la actividad de un traductor. Simplemente porque sus trabajos son diferentes. El intérprete tiene que estar permanentemente en contacto con otras personas e interactuar con ellas, mientras que el trabajo del traductor es mucho más solitario y personal. Por esta razón, el intérprete debe ser una persona extrovertida y contar con excelentes habilidades sociales. Debe además tener una muy buena memoria para retener el mensaje y poder retransmitirlo en su totalidad. Finalmente, el intérprete es alguien que debe poder hablar en público sin problemas, alto y claro, tener buena dicción y pronunciación, pues su voz es su instrumento de trabajo.

La rutina diaria de un traductor es muy diferente a la de un intérprete. A menos que esté empleado en una compañía, por lo general el traductor trabaja desde casa y pasa las horas hábiles del día sentado en frente de su ordenador. Con la ayuda de diccionarios, manuales y glosarios, ya sean físicos o electrónicos, el traductor transfiere el contenido de un texto del idioma de origen al idioma de destino. Este tiende a ser un proceso solitario, reflexivo y silencioso, y a menudo los traductores pasan su día sin estar en contacto con otras personas.

El intérprete por su parte maneja un ritmo de vida mucho más dinámico y activo. Debe trasladarse a los distintos lugares donde prestará sus servicios de interpretación y, a diferencia del traductor, debe interactuar constantemente con los demás.

Características comunes entre traductor e intérprete.

Hay que saber idiomas y hay que saber culturas. Hay que ser cultos, creativos y curiosos.

Características del traductor:

Claridad comunicativa, ortografía, corrección, facilidad de lectura, conocimiento de tecnologías de traducción, utilización de recursos informáticos, dedicación, concentración, mecanografía (en dos idiomas, con dos teclados en caso de ruso totalmente diferentes como por ejemplo en traducción de ruso)

Características de un intérprete:

Memoria a corto plazo, reflejos, capacidad de síntesis, habilidades sociales, concentración, rapidez, buena dicción y pronunciación, buena presencia, conocimiento y estudio previo del tema de traducción, notas preparadas de antemano.

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  • Traducción económica de bajo precio. ¿Puede ser igual de buena como una cara?
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  • Tarifas de traducción.
  • Valor y precio.
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  • Revisar traducción a través de terceros.
  • Traducción rápida (automática).
  • Tipos de traducción. Cualidades de traductor.
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5 respuestas a Si soy traductor… ¿También soy interprete?

  1. Oliushovie dijo:

    Me ha gustado mucho el post. No sabía que existen unas diferencias tan claras en estas profesiones. Esta claro que no valgo para el interprete. Me pongo un poco nervios y pierdo el hilo de conversación.
    Es una entrada muy instructiva.
    Saludos

    • admin dijo:

      Gracias por tu cometario Oliushovie. Es verdad. Son dos profesiones diferentes que requieren diferentes habilidades. Igual que muchas otras. Parecen iguales, pero no lo son.
      Te deseo elegir algo que sea realmente «lo tuyo». Y entonces vas a triunfar.
      Saludos y éxitos.
      Victor

  2. Rosa Trinidad dijo:

    Es muy real lo que comentas, de hecho por mi experiencia desde la escuela de idiomas los alumnos y luego compañeros de profesión tenían más facilidad para una de las dos cosas, estaban los muy buenos escribiendo y los muy buenos interpretado, a mí siempre me gustó la interpretación es muy estresante pero bonita.

    • admin dijo:

      Hola Rosa.
      LLevas toda la razon. A unos le va mejor traducir y a otros interpretar. Y a terceros y uno y otro. Pero no siempre.

  3. Rosa Trinidad dijo:

    Como estamos en el tema de las traducciones también te comento que nosotros teníamos personas rusas y cubanas y traducíamos al idioma materno ya que la calidad tenía que primar y era una empresa de prestigio, la interpretación si era bilateral pero nos preparábamos bien y salíamos adelante, muy buenos tiempos trabajando con los soviéticos, todos los que estudiamos en la URSS los recordamos con cariño

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